El archipiélago de las tentaciones. Una locurita de juego by Stefan Feld que aglutina más piezas de cartón que el mismísimo Gloomhaven (vale… igual estoy exagerando…). Pero telita lo que te encuentras al abrir la caja y antes de abrirla el peso tampoco desmerece.
En este juego de corte euro tendremos que ir realizando tareas para conseguir encender hogueras, como si aquello fueran las almenas de Gondor. Pero en este caso con el objetivo de conseguir más escaños en la gran hoguera (de confrontación) que está montando el equipo de Boy Scouts en la isla central.
Pasar a desarrollar el “de que trata” de este juego es digno de Tesis Doctoral… que si novicias, guardianas, procesiones, portales, hogueras, tareas, hogueras, barquitos, tareas, hogueras, portales…. (me he liado) No sé si habéis leído el Priorato del Naranjo, pero solo le faltan los dragones para poder meterlo dentro de la trama.
Y lo peor de todo es que una vez juegas es fácil de entender, pero es tal el batiburrillo de ideas extrañamente tematizadas que se hace poco intuitivo. Y como hemos dicho, no creemos que sea problema de la dificultad del juego. Sino de la temática y su integración en las mecánicas del juego. Y… no os lo vamos a negar, provoca AP.
Lo recomendamos para: seguidores de Stefan Feld. No es mal juego, y una vez lo dominas las partidas se pueden acelerar bastante.
No lo recomendamos para: jugones sin impresora 3D para hacer insertos, y que no quieran estar media hora abriendo bolsitas de zip cada vez que vayan a jugar una partida.
𝙸𝚖𝚊𝚐𝚎𝚗 𝚍𝚎 𝙴𝚕 𝙼𝚎𝚎𝚙𝚕𝚎 𝙾𝚜𝚌𝚞𝚛𝚘.
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