Como buenos integrantes del género humano, en este juego llegaremos a una isla y querremos apoderarnos de ella, expoliar todos sus recursos e intentar ser la civilización más grande. ¿Os suena de algo?
Para ello tendremos que comerciar con nuestros competidores haciendo ofertas que ni el Mercadona. Que si 2 trigos por una piedra, 3 ovejas por un 1 trigo…Como si fuéramos el propio Juan Roig gestionando nuestro emporio de supermercados. Todo esto mientras ves miraditas de soslayo que aseguran futuros acuerdos bajo mano. Vamos que te están toreando sin tu saberlo.
¡¡Son todos unos Tramposos!! Menos yo claro.. Lo que no sabías cuando llegaste a la isla es que en ella se practican oscuros rituales satánicos donde adoran a unos números u otros en función de la secta. Eso sí, como en todos los lugares, hay dos religiones que se llevan el gato al agua, la del 6 y la del 8. Y claro está, a mayores sacrificios mayores milagros de abundancia. Mientras tanto, los del 2 y el 12 van mendigando por las esquinas mientras reparten panfletillos de ¡Compro Oro! Los pobres tienen que estar pluriempleados.
Que hemos dicho sectas, pero cuando ves como construyen algunos, bien podría ser eso el Casino de Torrelodones, ¡Todo al 6! Este suele ser el matemático del grupo, ese que hace logaritmos neperianos sobre probabilidades y nunca gana.
En fin, un juego donde el ganador es, o bien, el ludópata mejor informado, o bien, el sectario más devoto.
Dicho esto. Le debo dar las gracias a este Gran juego por introducirme en este apasionante mundo de los juegos de mesa. Contigo empezó todo.
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